La LOMCE no ofrece grandes cambios curriculares
ni metodológicos, aunque sí algunos estructurales y algunas medidas polémicas en cuanto
a algunas asignaturas, además de aumentar el ratio de alumnos por clase.
La medida más llamativa de todas es la creación de una prueba común conocida como reválida
que ya existía en leyes anteriores a la LOGSE, solo que como evaluación final del
COU y no en tantas etapas educativas como en la LOMCE. Con esta
medida, se busca aumentar el nivel de exigencia y aptitud de los alumnos. En el caso de la
ESO, al acabar el cuarto curso, para conseguir el título de Graduado en ESO,
habrá que superar una prueba nacional común en la que se quiere evaluar lo aprendido en
la etapa. Esta prueba la diseñará la administración central, habiendo consultado
primero a las comunidades autónomas. El objetivo es conseguir una mayor uniformidad entre
los contenidos del territorio estatal, tras las críticas al sistema actual por la
libertad de las autonomías en cuanto a parte del currículo.
De no haber cambios legislativos, la primera prueba para los alumnos de cuarto de la
ESO se realizará en el curso 2016-2017.
Aquellos alumnos que no superen la prueba deberán seguir unas pautas marcadas por las
administraciones educativas correspondientes, estas medidas todavía no están muy
definidas, pero sí se sabe que no se podrá adquirir el título de Graduado en ESO
si no se supera la prueba común, por lo que probablemente el alumno tendrá que
presentarse en las siguientes convocatorias. Tampoco se conoce cuántas convocatorias se
harán al año, pero si cogemos de modelo las pruebas
de acceso a la Universidad, es posible que se realicen dos convocatorias, una en junio
y otra en septiembre.
Otros cambios son de corte lingüístico, la LOMCE expresa con claridad que el
castellano se fija como lengua vehicular de la enseñanza, lo que significa garantizar la
educación gratuita e íntegra en castellano de aquellos alumnos que así lo soliciten,
siendo escolarizados en los centros privados pertinentes sin coste para la familia.
Respecto a la religión, esta pasará a ser puntuable, tanto en el desarrollo del curso
como para la nota media del expediente y todos los colegios, públicos o privados, tienen
la obligación de ofertarla, también en la etapa secundaria. Los alumnos podrán elegir
entre Religión y Valores Éticos en Secundaria. La asignatura de Educación para la
Ciudadanía desaparece y la mayor parte de sus contenidos también.
Un cambio importante para los estudiantes es el del itinerario de la ESO. Con la LOMCE, los alumnos optan en el
tercer curso por seguir con enseñanzas académicas o enseñanzas aplicadas, y en cuarto
eligen entre enseñanzas orientadas a continuar con el Bachillerato o con la Formación
Profesional. Esta elección no es irreversible, pero condiciona en gran medida la
posibilidad de pasar la siguiente etapa con éxito en caso de cambiar más tarde de
itinerario, por eso esta medida ha sido algo polémica entre los profesionales de la
enseñanza, de los cuales una parte opina que los estudiantes no tienen la madurez
suficiente para elegir tan pronto. |